Se llama otoplastia a los procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos que corrigen las deformidades y defectos del pabellón auricular.
También incluyen las reconstrucciones por una oreja defectuosa, deformada o ausente como consecuencia de defectos congénitos o traumatismos.
[ La técnica que utiliza el Dr. Villafañe es la OTOPLASTIA SIN CICATRICES MEDIANTE HILOS DE SUTURA. ]
La aurícula es un cartílago fibroelástico cubierto medialmente por tejido conectivo y piel, y lateralmente solo por piel. El cartílago es avascular y el pericondrio (capa que recubre el cartílago) es el responsable de su aporte sanguíneo. Se trata de una estructura tridimensional con un arco de suave curvatura que la delimita superior y lateralmente llamado hélix. En el centro se encuentra una concavidad llamada concha y entre ambos hay un pliegue llamado antihélix. Entre el hélix y el antihélix está la escafa o canal del hélix. El antihélix se bifurca por arriba formando la fosa triangular. Anteriormente, en la zona de la concha, hay dos pequeñas excrecencias llamadas trago y antitrago.
Vascularización: Las arterias provienen de la arteria temporal superficial que da ramas a la cara lateral y la arteria auricular posterior que irriga la cara anterior. Ambas se comunican por ramas perforantes y circundantes. Venas: La parte anterior drena a la vena temporal superficial y la posterior a la vena yugular externa o vena mastoidea.
Linfáticos: Los de la cara medial van a ganglios mastoideos y parotídeos profundos infraauriculares y los de la cara lateral a los ganglios parotídeos profundos preauriculares. En el borde posterior se encuentran con los de la cara medial.
Nervios: Los motores proceden del nervio facial y los sensitivos del nervio auriculotemporal y del ramo auricular mayor del plexo cervical superficial.
El pabellón auricular mide 65 mm de largo y 35 mm de ancho aproximadamente, su eje longitudinal debe estar inclinado hacia atrás unos 20º desde la vertical. En una visión lateral, el borde superior del hélix debe estar a la altura de la parte lateral de la ceja y el borde inferior del pabellón a nivel de la base del ala de la nariz. La oreja normal sobresale unos 20º a 30º de la cabeza. Para valorar la prominencia de la oreja, uno de los mejores marcadores es la distancia hélix-cabeza: el punto superior del borde del hélix debe estar a 1-1,2 cm de la cabeza, en el punto medio del hélix la distancia aumenta a 1,6-1,8 cm y en el lóbulo la distancia es de 2 a 2,2 cm.
Las orejas en asa o en protrusión, conocidas coloquialmente como "de soplillo" tiene como causas más frecuentes una hipertrofia o anormalidad en la forma de la concha o un pliegue antihélix hipodesarrollado.
Estas deformidades se presentan como un agrandamiento generalizado de la concha o como un antihélix indistinguible o falta de definición de su parte superior. Al menos el 80% de los casos se debe a lo segundo, es decir a una deficiencia o falta del pliegue antihélix; la oreja, en lugar de ser paralela a la cabeza, es perpendicular. La protrusión bilateral de las orejas es lo más común, pero en una pequeña proporción se tratará de un problema unilateral.
Alrededor de un 2% de la población refiere tener orejas prominentes. Este problema es a menudo hereditario.
Se trata inicialmente de un problema estético y que no afecta a la audición. Sobre todo en niños, también puede afectar a la esfera emocional y al desarrollo psicológico, ya que son causa de burla en los pacientes. Aún así es mejor demorar la cirugía hasta que el mismo niño lo requiera. No todos los niños desean una corrección; por ello, si se opera a un niño antes de que realmente sea consciente del problema, podría haber un cierto numero de casos operados innecesariamente.
Las implicaciones sociales y psicológicas de este problema explican el gran número de técnicas quirúrgicas que se han ido describiendo a lo largo de los dos últimos siglos.
Durante las primeras semanas de vida, el cartílago auricular es muy blando y es posible moldear la oreja lo más anatómicamente posible. Esto se consigue con una férula de silicona entre el hélix y el antihélix ausente, que se mantiene en su sitio con adhesivos. La presión de esta férula corrige la tendencia de las orejas a sobresalir, mientras que se mantienen los contornos de la oreja.
El período de tiempo para ser efectivo puede ir desde dos semanas hasta cuatro meses. Pasados los seis primeros meses, el cartílago se endurece y ya requiere una solución quirúrgica. Por otro lado, el 85-90% del crecimiento de la oreja se consigue completar a la edad de 5-6 años, con lo que lo ideal es demorar la cirugía hasta entonces. Hay que añadir también que la otoplastia no interfiere en el crecimiento de la oreja.
Como ya se ha indicado, se recomienda esperar hasta los 5-6 años, cuando ya se ha conseguido el desarrollo de la oreja casi por completo.
En general es preferible realizar la intervención cuando los pacientes entiendan el problema, cooperen con el cirujano y resulten fáciles la exploración y el seguimiento postoperatorio.
En términos generales, esta intervención se realiza con anestesia local, aunque en niños se recurre a la anestesia general para garantizar la colaboración.
Históricamente se han descrito unas 200 técnicas quirúrgicas, desde la primera realizada por Dieffenbach en el siglo XIX.
Las técnicas más utilizadas hoy en día engloban dos grandes grupos:
A menudo las diferentes técnicas son perfectamente combinables y hay muchas variaciones de ellas.
Dentro del grupo 1, una técnica ampliamente utilizada desde su inicio en los años 60 es la de MUSTARDÉ, que se utiliza principalmente cuando el antihélix está poco desarrollado, ya que crea uno nuevo y consiste en lo siguiente:
Problemas de esta técnica:
Otra segunda técnica dentro del primer grupo indicado anteriormente es la de FURNAS, descrita en 1968, que consiste en la colocación de suturas conchomastoideas permanentes. Está indicada en el caso de una concha agrandada y un pliegue antihélix normalmente formado. Cuando este pliegue es defectuoso, se puede combinar con la técnica de Mustardé ya descrita. Implica una incisión en la piel retroauricular y se extirpa algo de tejido blando y músculo postauricular para conseguir un bolsillo que recoja la concha. Una vez que se marca la zona deseada, se colocan 3-4 suturas horizontales con 4-0 no reabsorbibles para acercar la concha a la mastoides. Es importante incluir tanto el pericondrio anterior como el posterior en la sutura, pero sin atravesar la piel auricular anterior.
En el lado de la mastoides hay que incluir la fascia mastoidea para evitar la separación. Cuanto más atrás de la mastoides se coloquen las suturas, más se evitará la estenosis del canal auditivo externo.
El grupo 2 de técnicas, que implicar excisión de cartílago de la concha, incluye técnicas como la de CONVERSE o la de CHONGCHET. Ambas son útiles en casos de cartílago duro y grueso.
La técnica de CONVERSE consiste en una incisión de la piel retroauricular siguiendo la forma del hélix, aproximadamente a un centímetro del borde de éste con exposición del cartílago. La oreja se pliega hacia atrás y el borde posterior del antihélix, la fosa triangular y el borde de la concha se marcan con tinta en el aspecto anterior del pabellón auricular. Se pasan agujas desde la cara anterior a la posterior, donde previamente se han hecho las marcas, y se hacen incisiones en el cartílago hasta el pericondrio pero sin incluirlo; estas incisiones no deben juntarse. Algunas veces el cartílago del antihélix requiere que se adelgace primero para facilitar el moldeado. El nuevo pliegue del cartílago se mantiene con suturas, que se anudan con la suficiente tensión para conseguir el contorno del antihélix.
El postoperatorio es similar a otras técnicas.
Posibles problemas pueden surgir si se alcanza el pericondrio anterior, ya que podría quedar un antihélix irregular. Tambien puede tener riesgo de recurrencia, plegamiento exagerado y estrechamiento de la aurícula.
En la técnica de CHONGCHET, la oreja se dobla hacia atrás para formar el deseado antihélix. Se marca desde la raíz del hélix de forma paralela al borde de este. Se dibuja una elipse cutánea en la parte posterior de la oreja que se extirpa y se separan los bordes cutáneos por encima del pericondrio. Se hace una incisión en el cartílago de espesor total sin atravesar el pericondrio de la cara anterior. A través de esa incisión se despega la piel en un plano subpericondrico. Se esculpe el antihélix mediante incisiones o rayaduras superficiales paralelas a la condrotomía de espesor total. El antihélix se pliega hacia atrás a medida que se realizan esas incisiones y, para reforzar la fijación, se pueden aplicar unos puntos reabsorbibles entre el pericondrio posterior y los tejidos blandos retroauriculares.
STENSTRÖM en 1963, convencido de la "memoria del cartílago", describió una técnica en la que raspaba el futuro sitio del antihélix mediante una pequeña incisión cerca de la cola del hélix, con resección de piel y concha.
Técnicas sin incisiones largas:
KAYE en 1967 propuso una técnica sencilla que delinea muy bien el antihélix con tallado del cartílago y plicaturas mediante suturas permanentes. Se hace una pequeña incisión transversa en la cara anterior y posterior de la porción inferior del antihélix, la piel se separa con tijeras y el pericondrio anterior del cartílago se raspa con fórceps. Se realizan pequeñas incisiones en el borde interno del antihélix por donde se pasa una sutura que atraviesa el futuro antihélix. La aguja se reintroduce por el mismo orificio de salida y se dirige perpendicular al antihélix y se atraviesa este para salir sobre la incisión previa. Se tensan y anudan las tres suturas aplicadas, se ocultan los nudos bajo los colgajos cutáneos y se suturan las pequeñas incisiones con sutura fina.
En general, se pueden dividir en tempranas -que ocurren en las dos primeras semanas- y tardías -que ocurren pasadas dos semanas. En ambos casos variarán según el tipo de técnica utilizada y serán más frecuentes en unos tipos de técnicas que en otras.
Dentro de las tempranas, se incluyen:
Dentro de las tardías, pueden causar:
La técnica menos invasiva hasta la fecha, teniendo en cuenta que la causa más frecuente de orejas prominentes es un antihélix ausente o deficiente, es la OTOPLASTIA SIN CICATRICES MEDIANTE HILOS DE SUTURA.
Esta es la técnica que utiliza el Dr. Villafañe en Pamplona y San Sebastián.
Con esta técnica se evita la excisión de la piel en la zona retroauricular, las suturas entre la concha y la mastoides y el raspado del cartílago. Todo el procedimiento se realiza desde el aspecto antero-lateral de la oreja, de manera que se evita el repetido doblamiento del pabellón para trabajar en la parte anterior y posterior de la oreja.
Se administra anestesia local de manera subcutánea por el pabellón auricular con una jeringa periodontal, que tiene la ventaja de liberar pequeñas cantidades y permite una infiltración casi indolora.
Se limpia de la manera habitual con povidona y se cubre con un paño fenestrado que permite exponer la zona que se va a tratar.
Se mide la distancia desde el hélix al cuero cabelludo y se moldea la aurícula hasta donde se desea que llegue tras la corrección. De manera lateral y medial al antihélix que se propone, marcamos dónde van a ir las suturas. Se colocan unas suturas haciendo un cuadrado bajo la piel.
Normalmente se trata de repetir el mismo proceso 3-4 veces por aurícula. Se puede dar un punto en la piel para cerrar donde queda el nudo y estas suturas se retiran a los pocos días; esto deja una cicatriz residual de apenas un milímetro. Se coloca una banda de pelo de tenis solamente por la noche y el aseo de la cabeza puede hacerse al día siguiente sin problemas.
Como se ha mencionado anteriormente, estas anomalías pueden ser la causa de problemas psicológicos en cualquier sexo y edad. Es frecuente que los niños acudan con sus padres a la consulta porque ya han sido objeto de burlas por su aspecto físico. Estos niños suelen estar motivados y ser colaboradores, pero algunos padres pueden tener expectativas poco realistas. Hay que entender bien qué rasgos mejoran con la cirugía y cuáles permanecerán, porque puede haber, por ejemplo, cierta asimetría originalmente.
También puede darse el caso de adultos que magnifican el problema de un pequeño defecto o que ven seria deformidad en orejas que son normales a ojos de otros.
Antes de la intervención se aconseja:
Para el postoperatorio inmediato recomendamos:
Estos consejos son aplicables en relación con la técnica utilizada por el Dr. Villafañe, que es la OTOPLASTIA SIN CICATRICES MEDIANTE HILOS DE SUTURA.
Los lóbulos rasgados son un estiramiento inestético del orificio del lóbulo de la oreja, se produce al final un alargamiento del mismo o incluso el desgarro definitivo, impidiendo el uso de pendientes.
La solución es quirúrgica, se trata de un procedimiento realizado con anestesia local que recupera la simetría estética del lóbulo, con una recuperación rápida y resultados definitivos.