Exponerse al ciclo natural de luz-oscuridad ayuda a sincronizar nuestro reloj biológico y por tanto a dormir mejor.
Se ha estudiado que tras una semana expuestos a la luz natural sin intervenir luz artificial se consigue dormir mejor y despertarse más descansado y alerta en la mañana.
La luz artificial nos hace estar expuestos a la luz hasta mucho más tarde de lo que es natural y altera el ritmo biológico de producción de melatonina que regula el sueño en los humanos. El estudio se ha realizado en personas que permanecieron acampadas una semana con el sol y la luz procedente de la hoguera por la noche como únicas fuentes de luz.

El ajo crudo se ha relacionado como uno de los factores que protegen frente al cáncer de colon además de reducir la inflamación y ser antioxidante. Ahora se ha investigado y podría ser potencialmente protector frente al cáncer de pulmón. Los resultados publicados muestran que aquellos que comían ajo crudo al menos dos veces por semana tienen menos riesgo de desarrollar cáncer de pulmón aunque tengan otros factores de riesgo como el fumar.
El efecto se debe a un ingrediente que se libera cuando el ajo se corta o machaca y no se sabe si el ajo cocinado tendría el mismo efecto.

Un estudio reciente ha mostrado el porqué duelen las quemaduras solares. La causa está en una molécula presente en la epidermis, la TRPV4. Cuando la piel se expone a las radiaciones UVB del sol, se activa esta molécula y a continuación pone en marcha otra sustancia, la endotelina que se ha relacionado con el dolor y el picor. Este estudio se ha realizado en roedores, al bloquear la molécula TRPV4, se conseguía más resistencia a las quemaduras y menor daño en la piel. Ahora hay que esperar si se consigue el mismo efecto en humanos. También se añade que los rayos UVB son responsables de daños superficiales como las quemaduras pero los UVA son los causantes de daños a largo plazo (cáncer de piel) por lo que si se diseña un bloqueante de esa molécula deberían seguir acompañando de otros filtros para los UVA.