Fotoenvejecimiento
Este término define al envejecimiento acelerado y prematuro de la piel como consecuencia de la exposición continuada al sol. Se presenta como piel arrugada, áspera, amarillenta, zonas con pigmentación parcheada o incluso con tumores de piel malignos o benignos.
La radiación del sol tiene varias partes: luz visible, luz ultravioleta (UVA y UVB) e infrarrojos.
La radiación ultravioleta produce un efecto químico en la piel provocando unos daños inmediatos pero también tardíos. La que penetra en profundidad es la A. La radiación infrarroja provoca calor inmediato y radicales libres. En ambos casos los efectos a largo plazo son fotoenvejecimiento y solo en el caso de los ultravioleta cáncer de piel.
Cuando tomamos el sol directamente los melanocitos de nuestra piel producen más melanina que da el aspecto bronceado pero esto en realidad es una medida de protección para impedir que los rayos penetren profundamente en la piel.
Los protectores solares deben incluir protección frente a la radiación A y B y también tener antioxidantes.
Para algunos el riesgo percibido de envejecimiento o cáncer de piel queda muy lejano pero es muy importante concienciar para que desde niños se aplique protección solar adecuada y se evite exposición directa las horas de más sol. Acompañar el uso de una crema con alguna prenda que evite la exposición directa o usar gorras o sombreros son las principales recomendaciones. Las pautas de comportamiento en protección solar de los padres se transmiten a los hijos por eso es muy importante la educación.
En el caso de ciertas afecciones cutáneas o situaciones de mayor vulnerabilidad como son los bebés, la toma de medicaciones, el tratamiento con radioterapia, la precaución debe ser aún mayor.
Cuidarnos en este sentido mantendrá un aspecto de piel menos envejecido y con menos riesgo sin impedir el disfrutar del aire libre y del sol que también tiene sus ventajas.